13 Jul Tipos de custodia, la situación ideal no existe
Una de las primeras cosas que le viene a la cabeza a un matrimonio cuando decide dar el paso de divorciarse son los tipos de custodia. Este término hace referencia a los derechos y obligaciones de los padres para con sus hijos y establece cómo va a ser su relación a partir de ahora.
Hasta el momento, la tendencia determinaba que era la madre quien solía quedarse con los hijos; juntos permanecían en el hogar familiar y al padre se le establecía un régimen de visitas.
Sin embargo, la tendencia está cambiando y son cada vez más los padres que luchan por pasar más tiempo con sus hijos a través de la custodia compartida.
¿Pero de qué depende el tipo de custodia y qué modelos hay en vigor?
Cualquier tribunal tiene en cuenta varios factores a la hora de otorgar o determinar la custodia que regirá la vida familiar a partir del momento del divorcio, separación o nulidad matrimonial.
Algunos de esos factores son el sexo o edad del niño, la relación con los hermanos si los hay o la capacidad de las partes que solicitan la custodia para brindar un entorno de crianza al niño, entre otros.
No hay que perder de vista, que todos necesitamos sentir un hogar como propio. Aquí es cuando entran en juego los diferentes tipos de custodia; la relación entre los excónyuges resultará determinante.
La diferenciación básica se divide en custodia física y custodia legal. La física hace referencia a con quién vive el niño y la legal a la toma de decisiones y el cuidado del menor. La cosa se complica cuando se establecen otro tipo de regímenes dentro de cada una de estas tipologías.
Custodia monoparental o en exclusiva
La custodia monoparental o en exclusividad ha sido hasta ahora la más frecuente. Se otorga el cuidado a una de las partes y a la otra se le establece un régimen de visitas. No obstante, el progenitor no custodio tendrá capacidad de decisión sobre aquellas cuestiones que afectan a la patria potestad (salud, educación, etc.).
Otros dos tipos de custodia son la repartida y la partida. La custodia repartida consiste en derechos de visita recíprocos. Esta tipología es muy común cuando los padres viven alejados geográficamente. Por ejemplo, una de las partes tiene la custodia durante el curso escolar y la otra durante los períodos de vacaciones.
En la custodia partida ya entra en juego el numero de hijos. Se concede la custodia de uno o más hijos a una de las partes y los restantes a la otra. Este modelo no es muy común y esta justificado por razones de peso como podría ser una relación fraternal destructiva.
Custodia compartida en un proceso de divorcio
En último lugar, está la tipología cada vez más frecuente y demandada por los padres. Se trata de la custodia conjunta, o la que conocemos por custodia compartida, significa que los padres comparten la responsabilidad de cuidar al niño y tomar decisiones sobre cuestiones básicas como la educación o la salud.
Se trata del concepto de co-parentalidad, es decir, igual implicación de ambas partes en la crianza de los hijos. Dentro de esta modalidad existen otras en función del tiempo que pasen los niños con cada una de las partes o del lugar que se establezca como residencia familiar.
La complejidad de este tipo de situaciones hace imprescindible un abogado que vele por los intereses de cada una de las partes. Decidir cuál de las guardas y custodias es la mejor no es fácil; hay que tener en cuenta que cada divorcio es diferente y las circunstancias en cada caso también lo son.
Por eso es importante acudir a abogados especializados en divorcios y separaciones, para encontrar siempre la mejor solución en función de cada caso.
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